CARLISTAS CONTRA CENTRALISTAS
Y SEPARATISTAS
Si
algo tenemos claro los tradicionalistas, es que ni estamos ni queremos estar en
el juego de la “política politicante”,
del “postureo” y del quedar bien a diestra y siniestra. Donde, entre cortina y
cortina de humo, lejos de solucionar los problemas reales se gestionan los
intereses de partido. Uno de los dogmas de fe del apuntalado (cualquier día se
nos cae encima) Régimen del 78, es el estado de las autonomías que, junto al
estado del bienestar de los políticos, son una de las más graves heridas que
están desangrando a la otrora España.
Quién
pone en duda algún dogma comete grave pecado, y entre los pecados políticos de la
neoreligión del 78 (los no políticos se practican todos sin vergüenza alguna) está
el de pedir la autonomía para el viejo Reino Leonés, como ha hecho el actual
alcalde de León. No es que los tradicionalistas tengamos querencia,
precisamente, a las autonomías, pero sí a la foralidad, tampoco la tenemos al centralismo, pero sí a la lealtad. Por
eso, entre otras cosas, no podemos callar ante determinadas cuestiones, que por
evidentes, salen a la luz.
Si por algo se ha caracterizado el desorden
autonómico es por intentar crear artificial y forzadamente, entes regionales
donde no hay regiones y algunas además, con aspiraciones “nacionales”, es
decir, profundamente desleales. Era el “café para todos”, pero para León, Reino
leal donde los haya, no había café. Uno de esos engendros autonómicos es la llamada
Comunidad Autónoma de Castilla y León, tan anticastellana, como antileonesa que,
a imitación de otras, como el proyecto depredador dels Països Catalans, pretende
fagocitar todo lo que le rodea, entre lo que se encuentra León, pero no solo. Y
si a eso le añadimos la “elitè” de políticos traidores leoneses, no es
exagerado decir que casi han conseguido arruinar a esta tierra.
Por
ello decimos: Que no se escandalice nadie ni tenga miedo de las libertades
propias de los territorios históricos ESPAÑOLES (porque no hay nada más español
que nuestros FUEROS), antes bien desconfíen y dejen de alimentar castas
políticas que no tienen otra finalidad que comportarse como auténticos vampiros
sociales e históricos.
Circulo Carlista Pedro Balanzátegui
Circulo Carlista Pedro Balanzátegui